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car tes manifies ta claramente tende ncias sen–
sualist as-res ultado directo de la in flu encia de
s 1.1 s profun dos es tu dios e n las ciencias na tura–
les-que no se a rmoniza n con s11 filo sofí a teo–
lóg ica. Di cs, en la formació n del mund o, es
r eempl azado po r leyes mer.á nicas.
La cosmogonía el e Des ca rtes, aun q ue ence–
rrando nota bles prog resos e n las ciencias fí si–
cas, es es trecha
y
defici ente. E l meca nismo
aLsolu to no puede por sí solo expl icar la for–
mación del un iv_erso , si no se introd uce en él
la idea de la fu erza q ue representa el cl.i na111 i–
ni s111 0. Aq uél ai slado,
a
lo s umo da la idea Je
los se res in ertes; pe ro no de los se res orgá n:–
cos
y
vivos . Al ge ni o el e Leibnitz correspo ndía
sa lvar es te inmenso vacío el e la escuela car–
t esia nCl.
A g ra ndes rasgos he exa mi nado la fil oso fí a de
Desc~ rte s.
Im pos ible me ha sido sinte ti za rl a en
más co rto espacio; pues en es ta fil osofí a cada
idea e ncierra un sis tema
y
cada tendenci a un a
escuela. Si n ella es imposib le comprende r el de–
sarroll o poste ri or el e la cienci a filosó fica; «por–
:-¡ ue tocias las di recciones del pe nsami ento mo–
dern o bull ía n en confu so caos dent ro de l siste–
ma de Desca rtes.»
ro sól o los idea li stas más
exa ltados, sino los ma teria li stas
y
la escuela
positi va se han in spirél do en sus doc t rinas.
cc F
ué, ante todo_, la fil osofia ele Desca rtes, como
di ce Revill a, un vigoroso sac udimi ento del es ·
píritu, un a .renova ci ón ené rgica de l pensami en–
to hum ano. Ag itó todas las cues tion es, plan–
teó todos los probl emas, puso de nuevo en
cuesti ón todo lo qu e por sabido ) resuelto se