\'ez los
PENS.UfiENTOS
que con más frocuencia han asaltado
á
mi espíritu,
á.
fin de verme así estimulado
á
proseguir, an!·
mado por
mi
inceRa.nte
é
inquebrantable anhelode contribmr
en algo
A la
ilustracion de la ju\'entud.
En el curso de mi trnbnjo no me ha abandonado nunca la
idea, de que solo es P.erfecto un pen.;;amiento
cu~tndo
estll ex–
presado con tal senctllez 6 naturalidad que hnce creer
ni
lec–
tor que, sin es fuerzo,
á
él
se le habría ocurrido lo mismo.
Por Jo demas, nada es perfecto si no es belJo,
y
''nada es be–
llo sino lo verdadero", como dijo Boileau.
No me jacto
de
originalidad; pues, en general, todos los
hombres piensan en las mismas r.osas, tratándose de lRS ideas
morales, Unos
la~
expresan
y
otros no. Aqui las diferencias
deben buscarse pnncipalmente en la
jONna<h
~presion;
esto
es, en la exactitud, en el gusto, en las imágenes, en una
pa–
labra, en
el estilo,
que es la fisonomla intelectualdecada hom–
bre.
A
este respecto dice el señor
O. E.
Moralinto, hablando
de muchos pensamientos que han sido emitidos por varios
fi–
lósofos
6
pensadores
hasta bajo una misma
forma,
sin haber–
se copiado unos
á.
otros: "
¿
A
quiéndaremos entónces el títu–
lo de
autor?
Por ejemplo, Pascal dijo qne
el
univtrso es una
esfera i'iflnita, cuyo centro está en todas partes y
la
circunferen–
cia
en ninguna¡
pl:'ro ántes que Pascal formuló igu
alcompara–
cion Rabelais, y ántes que Rabelais, Gerson, y
á.nt-es que
Gerson San Buenaventura....
y
as{ sucesivamente
hastala más
remotn antigüedad, en cuyo misterioso seno se pierde todo
origen'',
Rin
embargo, por Jo que
á.
mi
respecta diré, piU'a terminar,
que me he esforzado :porofrecer
PENSAMIENTOS
nuevos; yque
al animarme á darlos
u.
la prensa no he vacilado en suprimir
oualquiera que me ha parecido semejante
á
otro que he re–
cordado haber leído en alguna parte.
LBOPOWO
J.
Aaoaa111•~•.
Lima,
julio
de 1878,